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10º Enciclopedia de Gastronomía un divertido blog desde el que los alumnos de Hostelería de Palma de Mallorca comparten sus primeras creaciones. Para los amateurs y amantes de la comida española.

Comida de Ferias y Mercados

Venezuela y la calle

Si en algún lugar se puede saborear la más auténtica comida de nuestro país, es en los mercados, la atención es incomparable, entre gritos y algarabía, los vendedores se disputan la clientela, el ambiente no es el que podemos llamar más salubre, pero atrévase, no encontrará en ninguna parte comida como la que preparan en esos lugares tan pintorescos.

En la preciosa isla de Margarita, allí está el Mercado de Conejeros, en los localcitos de comida preparan pescado fresco, un desayuno margariteño con raya o cazón guisado que no tiene comparación, las arepas de maíz son gorditas y doradas, simplemente maravillosas.

Otro mercado es el de la Ciudad de Mérida, donde son famosas las cocinas del Mercado Principal, allí la variedad de pequeñas cocinas se conocen por números y no por nombres, siempre hay Pisca, arepas de trigo, trucha y pastelitos, entre otros platos.

El mercado de comida, Otavalo, Ecuador

La mejor comida de mercado

Cómo ubicarlos
Se encuentran en un local del Mercado de Coyoacán (no el de las fritangas). Encontrarás el local no en la sección de comida sino cerca de los puestos de frutas y verduras.

La especialidad
Licuados, jugos, y sándwiches de colores (con rallados de pepino, jícama y betabel). Todo lo que te sirven en porciones abundantes. Sin duda lo mejor que tienen  “los hermanos fruta” son los hemanos fruta, un par de muchacho fortachones que cortan, rallan o licuan en un santiamén (verlos picar sandía es uno de los principales atractivos del local). Además todo lo que venden está en la onda saludable.

'Mystery Market' no more, Beijing, China

Comiendo en el mercado de Tsukiji (Tokio)

Visitar el mercado de Tsukiji es de esas cosas que uno no puede dejar de hacer si viaja a Tokio.
Nosotros dejamos esta visita para el último día (el mismo día que cogíamos el vuelo de vuelta) para quedarnos con buen sabor de boca, nunca mejor dicho. Por suerte o por desgracia, nos encontramos que aquel día, un domingo, la lonja estaba cerrada y el mercado medio abierto. Lo malo fue que nos quedamos sin ver el espectáculo de la lonja y lo bueno fue que pudimos disfrutar tranquilamente de los puestecillos del mercado que estaban abiertos, porque según nos contaron en un día normal suele ser dificultoso moverse por las callejuelas del mercado.
Después de pasearnos por las callejuelas, decidimos probar el que dicen que es el mejor sushi del mundo. No nos costó mucho decidir en qué bar de sushi íbamos a comer porque antes de entrar en el local habíamos presenciado cómo los empleados del bar cortaban un atún en vivo y en directo y nos pareció que aquel bar estrechito, con su barra de madera auténtica, era el idóneo.

El mantelillo de plástico donde te sirven se usa a modo de carta.

Una carta sencilla, clara y concisa. Cada uno de los niguiris venía con su precio, su descripción en inglés y su fotografía.

Fanáticos del atún, pedimos niguiris de los cuatro tipos de atún que había. Allí mismo, delante nuestro, el chico escogió el pescado, montó el arroz que ya tenían preparado en un gran cuenco y en un plis plas teníamos nuestro sushi delante nuestro.

Lo que distinguía, a primera vista, a cada uno de los niguiris, era la veta de grasa y el color del atún. El de gama alta costaba 5 euros pero su gusto era tan fino, tan auténtico. Se deshacía en la boca… impresionante.
 
Una diferencia con respecto a los que estamos acostumbrados que nos sirvan en los restaurantes japoneses, es que estos niguiris venían todos acompañados de wasabi. En algunos entre el arroz y el pescado (¡escondido!) y en otros por encima. Pero a diferencia de ello, el wasabi resultaba agradable.
Me pareció que no picaba tanto.
No sólo probamos atún, también le dimos al salmón, nuestro segundo pescado favorito. Incluyendo un niguiri de huevas de salmón. No nos atrevimos con más tipos de pescado, aunque tampoco nuestro estómago daba más de sí.

Pagamos 50 euros (2 personas), repitiendo alguno de los de atún. Quizás parezca caro por sólo comer niguiris. pero por la calidad del pescado, la variedad, la calidad del arroz, el servicio, el ambiente del sitio, la limpieza, el espectáculo…. todo cuenta y yo volvería a pagarlos gustosamente.

Recetas Cocina de Mercado

 

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Mayor centro gastronómico

La gastronomía parece haberse convertido en el único sector que logra situarse al margen de las crisis económicas.

Así lo demuestra el rotundo éxito obtenido en Madrid primero por los mercados de San Miguel y San Antón, y más recientemente por el nuevo espacio Gourmet Experience creado en el Corte Inglés de Castellana.

Todos ellos grandes espacios dedicados a la gastronomía, que además se encuentran ubicados en lo más céntrico de la capital.

Ahora le toca el turno a Isabela, el nuevo gran centro gastronómico de Madrid. Situado en la confluencia de Paseo de la Habana con Castellana, en pleno centro financiero y de shopping de la ciudad, frente al Corte Inglés de Castellana.

Un fantástico espacio de 3.000 metros cuadrados que ha pasado con anterioridad por dos desafortunados reveses relacionados con la restauración.

Cuatro plantas a la oferta gourmet

El nuevo centro contará con cuatro amplias plantas que darán cabida a casi 40 diferentes espacios gourmet, con los mejores productos, y un restaurante de alta cocina al frente del cual estará Joaquín de Felipe, actualmente chef del Hotel Urban, en posesión de una estrella Michelin.

El acceso por la planta baja ofrece unas amplias instalaciones dedicadas a desayunos, cafés de importación, pastelería, dulces y tapas frías. Más abajo, la planta sótano es un espacio multifuncional que contendrá una gran sala de eventos, una pequeña sala de cine y un cóctel-bar.

La primera planta está dedicada a las tapas de autor, muchas de ellas firmadas por los más destacados chefs de vanguardia, que trasladan a pequeños bocados sus sofisticadas creaciones de alta cocina. Y en la segunda y última planta está el restaurante de Joaquín de Felipe.

Mercado Benito Juárez en Oaxaca

Oaxaca4Los sábados son día de tianguis en Oaxaca de Juárez y hay mucho que ver y hacer, en los alrededores del centro histórico, las opciones pueden ser rotundamente irresistibles. Actividades culturales pueden mantenerte ocupado día y noche, casi todos los días hay conciertos en vivo en el zócalo.

Diariamente se anuncia una nueva exhibición, visitar los excelentes museos de la ciudad, la inolvidable experiencia del Mercado Benito Juárez al degustar su exquisito helado oaxaqueño en Chaguita, ha estado preparando sus increíbles productos desde hace más de 200 años.

Comer en algunos de sus locales saboreando sus tlayudas con tasajo o comiendo su rica comida exótica como chapulines dorados con cacahuate o garapiñados, y qué decir de su gran y delicioso moles o sus ricos panes y postres como el chocolate amargo con agua rico y calientito para emprender un día explorando y conociendo la zona Arqueológica de Monte Albán o sólo echar un vistazo a las diferentes tienditas y galerías son algunas cuantas actividades que te mantendrán ocupado en la ciudad

Comer en los mercados, ¿moda o tendencia?

Por: José Carlos Capel

Gourmet experience

No sé si exagero al afirmar que en los mercados a la última, atípicos y de diseño, la gente no va a comprar sino a comer, y de paso que está allí compra.

Empecemos por los espacios más modernos, como el “Gourmet Experience” de El Corte Inglés de Castellana recién inaugurado en Madrid a semejanza del de Alicante. Me ha gustado. No es un mercado, en absoluto, sino un “food hall” al más puro estilo londinense. Un lugar para degustar y comprar, con lineales atiborrados, barras para picar, restaurantes informales y mesitas. Una fiesta.

En toda Europa existen cosas semejantes: el famoso “Ka da we” en Berlín, la planta Gourmet de las “Galeries Lafayette en Paris, y en Londres los “Food Hall” de Harrod´s, “Selfridges Wonder Bar” y John Lewis. Y en Turín el renombrado Eataly. Lugares donde se come y se compra.

 Son lugares en los que el hecho de comer y comprar es lo que mola. En Barcelona no se escapan a esta tendencia la famosa Boquería (www.boqueria.info) donde cada día se venden más cosas para degustar al pie de los puestos, ni tampoco el mercado de Santa Caterina, donde triunfa el local informal de Rosa Esteva.

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¿Qué restaurantes triunfan en estos lugares? Los que poseen barras con taburetes, los rincones con  mesas para compartir y, en general, los lugares divertidos, de calidad media y precios comedidos con toques de diseño.

Da igual que sean asiáticos, castizos, exóticos o italianos. Son los que entusiasman en estos momentos.

De este renovado poder de atracción de los mercados surge su nuevo papel como elemento turístico.

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Para algunos es el colmo que un mercado se convierta en el monumento más visitado de una ciudad después de la catedral como sucede en Santiago de Compostela. 

Y en un espacio contiguo el famoso restaurantito “Abastos 2.0” (www.abastosdouspuntocero.es) con una oferta divertidísima.

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El Mercado del Puerto de Montevideo

El tradicional Mercado del Puerto de Montevideo es un paseo por la cultura gastronómica uruguaya. Declarado, desde el 7 de agosto de 1975, Monumento Histórico Nacional. El Mercado del Puerto de Montevideo fue inaugurado el 10 de octubre de 1868.

Originalmente fue un mercado destinado a surtir de provisiones a los barcos, en el podían encontrarse puestos de frutas, verduras, carne vacuna, aves y pescados.

Actualmente el mercado es uno de los lugares que los montevideanos escogen preferentemente para almorzar o cenar, y que los turistas obligatoriamente deben visitar.

Hoy los antiguos puestos son tan solo parte de la mística historia que encierra el Mercado del Puerto, la gran mayoría de sus negocios están destinados a los servicios gastronómicos, aunque se pueden encontrar algunos que se dedican a las artesanías.

Mercado del Puerto
El Mercado del Puerto ofrece la más sabrosas exquisiteces de la gastronomía uruguaya y la posibilidad de descubrir una arquitectura típica de otras épocas.

Su construcción metálica sobre bases de hierro fueron hechas en los talleres de la Fundición Union-Toundry, de Liverpool. Esta estructura ofrecía la posibilidad de obtener mayor espacio abierto, circulación de aire y más luz natural.

Mercado del Puerto, símbolo de la cultura

Los variados locales gastronómicos ofrecen al visitante la posibilidad de degustar las exquisiteces más representativas de la cocina uruguaya.

El asado es el plato predominante por excelencia y las parrilladas son la mayoría, pero existen otras posibilidades. Se puede degustar un sabroso pescado, un pulpo a la feira, unas rabas a la romana o un sabroso plato de pasta.


Es un paseo maravilloso, repleto de sabores y desbordado de cultura e historia. No deje de apreciar el reloj central, tan antiguo como el Mercado del Puerto y que recientemente se ha refaccionado para que sus campanadas vuelvan a musicalizar el aposento cada ½ hora.

La historia ha traído cambios sociales y ya no se ve como en épocas pasadas almorzando a los obreros de la estiba, empleados del puerto, una mezcolanza importante de gentes. Hoy el Mercado del Puerto se ha convertido durante la semana laboral en el lugar predilecto para que almuercen los ejecutivos, lo cual ha generado la renovación de las cartas en los diferentes restaurantes.

 

Orígenes del Asado

Historia del Asado Argentino

La historia comienza, presumiblemente, cuando Juan de Salazar y Espinosa con los hermanos Goes trajeron desde Brasil a Asunción, que en ese entonces era parte del Virreinato, un toro y siete vacas, aproximadamente en el año 1556.
A partir de ese momento las vacas se empezaron a reproducir y a vagar libres por la Pampa.

Éste ganado era cimarrón, o sea que no era propiedad de nadie, cualquiera podía servirse de una vaca con la única condición de no pasarse de las doce mil cabezas.
Para llevar a cabo la cacería de este animal se organizaban las así llamadas vaquerías.

Se juntaban de diez a quince paisanos que estuvieran dispuestos tanto a soportar una vida dura como a ganarse un par de reales. Cuando encontraban al ganado, le cortaban a cada res los garrones con una lanza y el animal caía al suelo, inmovilizado.
Cabe decir que durante las vaquerías, la carne que se aprovechaba de la vacas era muy poca, porque en general se las cazaba por su cuero, siendo así la primera industria argentina.
Ahora bien, en los pocos casos que se cazaba a una vaca solo por alimentarse, generalmente lo único que los gauchos consumían era la lengua, que asaban en el rescoldo, o los caracúes.
La compatibilidad que había entre el ganado y la Pampa era tal que se calcula que en el siglo XVIII habría en la Pampa unas 40 millones de cabezas de ganado.
Más tarde con la mezcla del criollo, el gaucho empezó a comer la carne asada. Con el facón realizaban un hoyo de unos veinte centímetros en la tierra, allí encendían un pequeña fogata y cocían la carne. Bueno, cocían es una forma de decir, ya que utilizando este método el exterior quedaba bien cocido, mientras que en el interior la carne estaba prácticamente cruda.

A la Parrilla

Estamos acostumbrados al asado a la parrilla sobre brasas de carbón, rápido en su ejecución, con variedades de carnes magras como la palanca, la entraña, el pollo de barriga y el lomo liso, a veces con carnes con algo de gordura como la tapa de barriga y la sobrecostilla, ablandadas por discreto apaleo y aliñadas para compensar la falta de sabor por ausencia de grasa.

Estos asados familiares son precedidos con frecuencia por longanizas doradas en la parrilla, que se sirven sobre mitades abiertas de crujientes marraquetas para mitigar la voracidad que desata el aroma de la carne que se dora.

Las carnes enumeradas al comienzo son muy magras y adolecen por lo mismo de insipidez, obligando a veces a cometer pecado, aliñando con pimienta, ajos y comino.

Se considera principio sacrosanto que las carnes a las brasas no deben recibir aliño alguno, sólo sal.

Para 2 kilos de carne emulsione la siguiente fórmula

  • ½ diente de ajo molido
  • cdita de pimienta
  • 1 pizca de comino en polvo
  • cdita de vinagre
  • 2 cdas de aceite

Adobe con esta emulsión la carne 2 horas antes de asarla.
Está contraindicado salar carnes que serán expuestas a calor fuerte y directo con el objeto de dorar, porque el cloruro de sodio provoca exudación de jugo en la superficie

Entonces no se produce el dorado sellador, porque el jugo al ser expulsado se coagula con el calor, sin impedir que siga brotando más desde el interior cuando las fibras musculares se retraen con la cocción.

Ergo exponga al calor intenso la carne con la superficie bien seca; una vez formada la costra selladora, de la vuelta y proceda a esparcir abundante sal sobre esta cara, repita la salazón con la otra cara al voltearla nuevamente.

En el bistec la sal colocada sobre la sartén se calienta hasta que humee y esta sal incandescente dora y sella la carne de inmediato.
Nunca falta un comedido que pide carne «bien cocidita», en este caso corte un trozo de asado y recuézalo hasta transformarlo en suela de zapato, y hará feliz al solicitante.
Para adquirir carne nacional destinada a un asado a la parrilla  elija el lomo vetado, y, pida también el trozo de lomo liso que limita con el vetado.
Esto le permite comer la carne con excelente sabor natural y por supuesto sin colocar ni gota de aliños, sólo sal.

Como la carne chilena no da ninguna garantía de blandura, es muy aconsejable que el lomo cortado en tajadas transversales de 4 cm, sea apaleado suavemente con un mazo.
Para obtener buenas brasas use carbón de espino, que garantiza el calor necesario en forma prolongada.
Evite el calor exagerado, porque arrebatará la carne .
Mantenga un tacho con agua, porque el goteo de la grasa derretida a veces enciende llamaradas.
Ponga la carne en la parrilla, cuando el carbón encendido deje de llamear y comience a cubrirse de ceniza blanquecina.

Para acompañar sólo papas y ensaladas.
Las ensaladas que exudan líquidos como tomates y cebollas deben servirse en plato satélite para que los jugos no se mezclen con la carne, enfriándolo y solidificando las gotitas de grasa.

Asados

Recetas Totales

Muchos de los platos tradicionales vienen de distintas cocinas colonizadoras  y corrientes migratorias.

De esa cocina europea heredada, los argentinos modificamos gran número de recetas típicas con la incorporación de alimentos indígenas.

Bebidas

• Aloja (Catamarca y Tucumán): hecha a base de algarroba o membrillo, fermentada con agua y azúcar.

Chicha (provincias del Norte y Noroeste): bebida alcohólica que resulta de la fermentación del maíz en agua azucarada.

• Vino patero (Catamarca): realizado sin aditivos, solo con uvas pisadas en un cuero, generalmente de buey. Se bebe una vez bien fermentado.

Comidas

• Asado

Su origen no es argentino.

Sí el asado con cuero.

Desde elegir el lugar adecuado hasta preparar el fuego de leña o carbón vegetal, distribución de la carne (primero del lado del hueso), T, fuerte al principio y moderada después, dar sabor durante la cocción con salmuera o chimichurri, controlar el calor para que no se arrebate, dar vuelta la carne sin pincharla, asarla en forma pareja de ambos lados.

Secretitos

  • No salar el asado hasta el final.
  • En el litoral se ensarta la carne sobre estacas de tala. En las regiones del Norte y Cuyo se asa en horno de tierra.
  • En la campaña bonaerense los trozos de carne sin cuerear se asan directamente sobre las brasas apoyadas en rejas de hierro, a manera de parrilla.

El asado más típico de Argentina se hace sobre parrillas al aire libre, también se llaman asados a las carnes cocinadas sobre parrillas y brasas dentro de recintos cerrados, un modelo es el asado en «chulengo» típico de la Patagonia argentina en su sector extraandino.

El «chulengo», éste se trata de un tambor de petróleo, vaciado y dispuesto de modo horizontal sobre un caballete y con una rudimentaria chimenea, la silueta de este ingenio recuerda a la de la cría de un guanaco (llamada chulengo).

Parece un horno este chulengo, tiene por función principal proteger al fogón y a las carnes de los fuertes vientos y nieve, de modo que la preparación de las carnes, sobre una parrilla y brasas, resulta ser muy semejante a la del asado común.

Rey de la Capital

Asado Negro

Este plato representativo de la capital venezolana, quizás tuvo su nacimiento en los fogones de alguna familia de posición acomodada de la región, donde la ama de la cocina pasaba el día entero preparando los manjares que los comensales de cada familia requerían.

Muy posiblemente, el origen del plato sea casual, se cree que alguna de estas cocineras o alguna de sus ayudantes, se le haya encargado dorar un trozo de carne, y por descuido lo dejó quemar.

Esto podía sucederle a cualquier experta o inexperta en la cocina, ya que las bateas para lavar (fueran vegetales o cacharros), estaban fuera de las casas, y eran más bien alejadas del fogón… y en ese ir y venir, o en cualquier cháchara mañanera, pudo suceder… el problema verdadero no fue quemarlo, sino realmente como arreglarlo…

Del arreglo que recibió esta carne hablamos hoy, porque tan famoso se hizo que en la actualidad no hay familia venezolana, que no conozca o prepare un Asado Negro. Es una verdadera delicia degustarlo, tierno y jugoso, bañado en su salsa oscura.

Prepararlo impregnará su hogar de un aroma exquisito y reconfortante. Su elaboración requiere tiempo pero por encima de todo mucho cariño y paciencia, para obtener el resultado deseado, rebanadas de carne suave, tierna, bien cocidas pero jugosas, con una cubierta casi negra, y bañadas en una salsa oscura con un toque entre amargo y dulzón…

Acompañado con arroz blanco y tajadas de plátanos fritos en su presentación típica, o si se quiere con un aire mas sofisticado acompañado con papas horneadas, o puré de papas y vegetales al vapor, el inconfundible Asado Negro.

La elaboración de este plato venezolano tiene muchas variaciones, cada familia le da un toque que lo diferencia.

  • Un muchacho redondo de 1½ Kg.
  • Aceite
  • 1 taza de Papelón rallado
  • 1 cebolla
  • 3 cabezas de ajo machacado
  • 1 Kg de tomates
  • Vino tinto
  • Sal y Pimienta

La noche anterior a la preparación, tome el muchacho y límpielo dejando parte de la capa de grasa que lo cubre.

Acarícielo bien con los ajos machacados, sal y pimienta, báñelo con vino tinto, cúbralo y déjelo dormir esa noche en la nevera.

Caliente el aceite en un caldero y agregue el papelón (chancaca) el sabor que le da el papelón es único.

Cuando esté oscuro, selle la carne en esta mezcla hasta quedar prácticamente negra, déle su tiempo, para que quede realmente oscuro.

Corte las cebollas en cubos, pase los tomates por agua caliente para retirarles la piel, retire las semillas y déjelos en trozos.

Agregue las cebollas al caldero, deje transparentar y agregue los tomates, un poco de agua, sal y pimienta, deje cocer tapado hasta que este tierno.

Debe agregar agua de ser necesario, para que no se seque. Cuando este listo déjelo reposar antes de cortarlo, sírvalo con orgullo acompañado de un arroz bien blanco y plátanos fritos.

Argentinos no saben comer carne?

La argentinidad nos dice que somos los mejores asadores del mundo. Pero no todo lo que arde es una brasa bien encendida.

¿La forma de comer carne a la parrilla es una cuestión de gustos?

Puede ser, pero cuando alguien dice “que sobre gustos no hay nada escrito”.
En la Argentina la carne es nuestro orgullo, nuestros asados, ceremonias. Nuestros bifes, embajadores ante los extranjeros que nos visitan.

Pero… ¿realmente sabemos sacar provecho de nuestra materia prima?

Comemos siempre los mismos cortes, que no tienen sabor, sobrecocemos los bifes.

Suena a herejía, pero es verdad: en las pampas, la cuna de la carne, no son pocos los que ignoran cómo comerla.

“PARA MI SIN GRASA, ¿EH?”
En la Argentina se privilegian los cortes magros, con muy poca grasa. Para muchos, la carne debe ser de un color rosado uniforme. Pero lo cierto es que la carne, para que sea sabrosa, debe tener grasa.

Muchos de nuestros cortes absolutamente magros, como el bife de chorizo o el lomo de ternera, no son del agrado de los sibaritas.

De acuerdo, no vamos a andar comiendo todos los días carne de Kobe, pero lo cierto es que a los locales nos gusta sin grasa cuando es necesario que la tenga.

AY ¡QUE TIERNO QUE SOS!
Durante las últimas décadas se ha creado una cultura de las carnes tiernas.

¿Cómo es esto?

Los animales criados en feed-lot, que son la gran mayoría, son faenados mucho más jóvenes (terneros) y por ende son más tiernos, mientras que los que alcanzan mayor peso (novillos), suelen tener carnes más duras pero con mayor sabor.

Los novillos suelen tener una crianza a pasto y, si bien demanda más tiempo, el sabor es más pronunciado que la ternera.

En los centros urbanos se ha desarrollado la costumbre de consumir animales más livianos y por ende más tiernos, mientras que en el interior todavía subsiste la costumbre de comer animales más grandes, que si bien no cuentan con tanta terneza, son más sabrosos. 

CARBON NO, LEÑA SI
Más allá de la técnica aplicada, que merece una nota aparte, existe otro elemento que conspira contra la excelencia de la carne asada: el carbón, combustible utilizado por la mayoría de los asadores.

Sin duda que un fuego hecho a base de carbón vegetal es más sencillo de controlar, pero no siempre es la mejor opción para lograr un óptimo resultado.

Y no porque el carbón desprenda subproductos tóxicos, cosa que no es cierta si la brasa está bien hecha, sino porque jamás va a poder darle al asado el aroma ahumado distintivo de la leña.

¿Cuáles son las mejores maderas autóctonas para hacer un buen fuego?

El quebracho blanco, el colorado, el algarrobo y el piquillín, todas maderas duras que se mantienen encendidas por largo tiempo.

Por ejemplo, tres o cuatro troncos de quebracho blanco o colorado, una vez abierto el fuego pueden dar dos horas de brasa.

OTROS CORTES
Sí, por supuesto, todo depende del bolsillo, pero para muchos lo único que existe es el bife de chorizo, el ojo de bife, el lomo y la tira de asado.

Hay otros 29 cortes, varios de los cuales son secretos bien guardados para algunos elegidos con dos dedos de frente gastronómica, más baratos y tan ricos como los cortes Premium.

Por ejemplo, la tapa de cuadril es muy noble para hacer a la parrilla y la marucha, que es más tierna que el peceto si se sabe hacer al horno, cuesta la mitad.

“TRAEMELO MAS COCIDO”
Otro vicio criollo es el de cocer las carnes en exceso, lo que termina arruinando un potencial festín.

No se sabe si el origen de esta barbarie es la aftosa, o si lo heredamos de los gauchos que acostumbraban a hacer un rescoldo por las mañanas, donde dejaban asar al animal y luego se iban a realizar sus tareas rurales.

Al mediodía, cuando regresaban por la pitanza, se encontraban con la carne asada. Muy asada”. Y a esto hemos llegado.

No falta el fulano que te devuelve la porción y te dice: “Está crudo, a mí traémelo tostadito”.

¿Por qué es importante que la carne sea jugosa?

Muy simple: porque es más rica. Y nada más, ya que no tiene ninguna ventaja físico-química por sobre la carne más cocida.

El problema está cuando una persona quiere la carne a punto.

¿Cuál es el punto?

Acá nos manejamos con tres puntos:

Hecho, a punto y jugoso, pero afuera existen por lo menos dos puntos intermedios más. Solamente el 50% de los camareros le pide al cliente el punto deseado.

Es que si uno queda librado a la voluntad del parrillero, lo más probable es que sufra un exceso de fuego, porque por miedo a que se la devuelvan el hombre la cocina en demasía. 

¿FRESCA O MADURA?

La carne en la Argentina se come fresca, es decir, se faena al animal y a las pocas horas sus piezas salen a la venta en la carnicería o supermercado.

Este tipo de consumo tiene sus apologistas que aseguran que la carne local es tan tierna que no necesita maduración.

¿Qué es la maduración?

Es el proceso por el cual la carne se deja dentro de una cámara de frío a 1C° a 3C° por espacio de dos semanas, con el objeto de que acentúe su sabor y terneza.

Se produce un efecto enzimático que rompe las ligaduras de las fibras, relaja la pieza de carne y desarrolla aromas y sabores particulares, estos últimos un tanto más fuertes y ácidos, muy apreciados en Europa.

Este proceso es muy común en Europa, pero aquí no se aplica, salvo en lugares muy puntuales.

Lógico, ¿quién quiere estoquear carne durante dos semanas?

A fin de cuentas es capital inmovilizado. En un mundo donde campea la inmadurez, es lógico que ésta repercuta hasta en la carne.

CLAVES PARA ELEGIR LA CARNE
Antes gozábamos de un muy buen producto y ahora es de una calidad promedio, consecuencia del cambio del sistema productivo y las ecuaciones económicas.

No obstante, el genovés brinda unos sencillos consejos para que no nos vendan gato por liebre:

La carne debe ser brillosa, es decir, de un color vivo. La grasa debe ser bien blanca y no amarillenta.

En tercer lugar, hay que observar el tamaño del hueso del animal: si uno busca sabor, es mejor que el hueso sea grande.

Por Luis Lahitte